Construido alrededor de un castillo,
este pueblo de la comarca del Bajo Ampurdán conserva todo el misterio del
Medievo gracias a la increíble conservación de su casco histórico y está considerado
como uno de los más bellos de toda Cataluña. Dividido en dos por un pequeño río,
está formado por una sucesión de calles estrechas empedradas que siempre
desembocan en una plaza porticada, la de Jaume I. Algunas de estas centenarias arterias
están comunicadas por pequeños arcos que hace que sea un placer perderse por su
laberinto de callejuelas y disfrutar de la atmósfera medieval. La caída de la
noche es también un buen momento para recorrerlo porque su excelente iluminación
resalta aún más este conjunto monumental. Por todo ello hoy se ha convertido en
un excelente plató para rodar anuncios y películas, entre ellas la reciente “Ocho
apellidos catalanes”.
Magnífica entrada, con unas fotos que realzan plenamente la belleza que describes.
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