Una
isla sin coches ni carreteras, con casas blancas y calles de arena, formada por
paisajes volcánicos y rodeada de aguas cristalinas. Este lugar existe y está situado
al norte de Lanzarote, dentro del archipiélago Chinijo, declarado Parque Natural. Solo un kilómetro la
separa de su isla mayor, y este canal es conocido como el Río.
Precisamente
antes de arribar a sus costas se recomienda subir al denominado Mirador del
Río, una obra de César Manrique, para tener una panorámica completa y hacernos
una idea de sus dimensiones. Aunque hay que tener un poco de suerte para
disfrutar de un día despejado. Para llegar a la Graciosa debemos tomar un barco
y hacer una travesía de apenas 30 minutos para llegar al puerto de Caleta de
Sebo, donde se encuentra la totalidad de los servicios de la isla. Existe otro enclave
denominada Pedro Barba pero entre estos dos núcleos de población apenas superan
los 700 habitantes.
El
resto son pistas de arenas, paisajes volcánicos y playas de arena amarilla.
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