jueves, 27 de septiembre de 2018

Rocamadour (Francia)






Este pequeño pueblo medieval es uno de los lugares más visitados por los franceses. Aferrado a los afilados riscos  de la garganta del río Alzou, su imagen es una de las más conocidas y repetidas en guías turísticas. Fundada por un ermitaño como lugar de retiro, desde el siglo XII es uno de los enclaves de peregrinación del mundo cristiano.                              
La leyenda dice que se aprovechó la cercanía del Camino de Santiago para desviar a este lugar a los peregrinos y con el dinero que dejaban se aprovechó para construir 12 santuarios excavados en la roca, de los que se conservan siete hoy. El más importante el de la Virgen Negra. La ciudad tiene una única calle y está presidida por un castillo con vistas magníficas sobre los acantilados. Desde allí vemos que el pueblo está incrustado en la roca y con niveles superpuestos. Casi desafiando la gravedad. Después se puede bajar por el Camino de la Cruz hacia el santuario para llegar a la puerta de San Marcial por la que accedemos a una plaza de construcciones religiosas. Algunas de estos edificios, están declarados Patrimonio de la Humanidad. Sin duda el lugar más interesante de esta población que nos transporta enseguida a otra época y nos asombra por el lugar donde está construida.







































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