Sendero histórico, casi legendario, lleno
de misterio. Algunos de sus tramos discurren por lugares sombríos y escondidos, secuestrados del mundo. La comarca del Campo de Gibraltar históricamente
ha padecido un secular aislamiento con algunas zonas del interior al encontrarse
con las sierras cercanas que llegan a actuar como una barrera natural. El viaje
a Cádiz por la costa parecía lleno de peligros, por los continuos ataques de
los piratas. Pero la vía alternativa del interior tampoco estaba exenta de dificultades.
La Trocha era un camino de herradura, de
imposible paso para los carruajes y utilizado por aquellos valientes que se atrevían
a tomarlo porque de esta manera se ahorraban una jornada en su camino hasta
Cádiz. Frecuentado por contrabandistas, era de tránsito complicado porque,
según los viajeros de la época, cualquier encuentro levantaba sospechas. Este
camino dejó de utilizarse durante el último tercio del siglo XIX cuando se
potenciaron las comunicaciones por el litoral a través de caravanas. Desde
entonces, los carboneros fueron sus únicos moradores y fue olvidándose poco a
poco hasta su actual abandono.
Hoy es un camino muy irregular que carece
de señalización, empedrado a veces, otras invadido por la vegetación. En algunos
momentos llega a perderse y resulta necesario estar muy atentos para descubrir
los pequeños hitos del camino. Pero, sin duda, merece ser recuperado por sus atractivos naturales e interés histórico. Se trata de una de las zonas
más escondidas del Parque Natural de Los Alcornocales, que disfruta de uno de los
paisajes más bellos y salvajes de Andalucía. Laderas sombrías, precipicios, barrancos
y profundas gargantas atravesadas por arroyos donde sólo se escucha el murmullo
del agua. Tapizado por un manto verde de alcornoques, quejigos y helechos, un paisaje sorprendente que muchos no conocen.
El camino partía del centro de Algeciras
y hoy día se puede recorrer sin problemas su tramo inicial que termina en el carril
de las Corzas a través de las laderas de la Garganta del Capitán. Después
continuaba por el puerto de los Alacranes y desde allí el camino sigue
buscando Facinas, hoy por el interior de fincas privadas, con parada obligada en la venta de Ojén.
Nosotros los hemos hecho en sentido contrario, o sea, desde el carril de Las Corzas hasta la barriada del Cobre en Algeciras. Tiene
la ventaja de que ya empezamos en medio de un paisaje espectacular porque, de
entrada, nos vemos inmersos en el reino del alcornocal más puro, con las ramas
de estos árboles centenarios dibujando extrañas figuras. Al principio el sendero
no ofrece dudas. Caminamos siempre en bajada dejando un pequeño cauce fluvial a nuestra
izquierda. A veces nos encontramos con alguna bifurcación que presentan algunas
complicaciones pero pronto tendremos que atravesar el arroyo Batafuegos y ya no
nos albergarán dudas de que vamos por el buen camino.
El paisaje se va cerrando y la humedad
en incremento. Nos encontramos con colonias de setas en los árboles. La cabecera
del arroyo es un embudo que recoge todas las aguas que bajan de estas montañas.
Vamos por la zona más elevada de la Garganta cada vez más encajonada. Sin duda una de las partes más bonitas y
donde hay que tener cuidado para no perderse porque el camino serpentea y es
confuso. En el arroyo del Salado hay que continuar atentos, porque hay que pasar a la otra orilla, y seguir siempre dirección sur. Otra bifurcación en el puerto del
Viento para continuar por la derecha según vamos descendiendo.
El camino a veces está labrado en las
rocas. Buscamos el ventorrillo de la Trocha, lugar emblemático del camino donde se servía vino a los viajeros. Tenemos que continuar hacía el arroyo de
la Fuente Santa, donde se situaba un antiguo balneario de aguas sulfurosas. En este punto sólo nos queda atravesar el Huerto de los Mellizos y un pequeño trecho por una vereda antes de finalizar en la barriada del
Cobre, ya en Algeciras.
En resumidas cuentas, un sendero legendario que todavía hoy ofrece a los trocheros un compendio de atractivos históricos, naturales y algo de misterio.
En resumidas cuentas, un sendero legendario que todavía hoy ofrece a los trocheros un compendio de atractivos históricos, naturales y algo de misterio.
Bonitas fotos Antonio, el lugar es un espectáculo, tenemos un gran tesoro, ojala nos dure mucho. Saludos y Felices Fiestas.
ResponderEliminarSALUDOS: BUENA RUTA ACOMPAÑADO DE UN BUEN REPORTAJE DE FOTOS QUE NOS HACES LLEGAR DE ESTOS BELLOS PARAJES QUE GUARDA EL P.N. DE LOS ALCORNOCALES.....
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