miércoles, 8 de enero de 2014

Territorio Estrecho. Año Nuevo en la bahía de Algeciras.



Existe una noche al año en la que los buenos deseos son capaces de unir a todos los habitantes de uno de los espacios estratégicos más importante en el pasado y de contrastes más acusados en el presente. La bahía de Algeciras se ilumina y se convierte durante unos minutos en un crisol con todo tipo de materiales pirotécnicos lanzados desde todos los rincones para saludar el año nuevo.




Es el Territorio Estrecho, según término acuñado por el escritor Juanjo Téllez. Una zona donde confluyen Europa y África, el Mediterráneo y el Atlántico, la colonia británica de Gibraltar, diversas poblaciones de una comarca con unos fuertes localismos y, enfrente, Marruecos. Dos continentes, un mar y un océano y tres países Pocos lugares del mundo pueden presentar un arco tan variado y heterogéneo. Y sin embargo esa noche todos miran al cielo al unísono esperanzados con un futuro que se presiente común. Incluso los barcos fondeados en la bahía de otras banderas y nacionalidades se contagian del ambiente festivo y lanzan también sus bengalas al aire.




Zona de gran trascendencia territorial y cultural, que ha soportado una gran presión histórica desde la Antigüedad, la amplia bahía, situada en el extremo de las cordilleras béticas, se abre al Estrecho y hacia los sistemas rifeños del norte de África. El sur más profundo. Puente de culturas y de civilizaciones. De encuentros y de desencuentros. Dominio de fenicios, romanos, árabes, cristianos. Una frontera permanente de mundos, culturas y tópicos.




Sus habitantes perciben un entorno donde este efecto frontera se hace muy acusado como fruto del secular aislamiento y de la política de los respectivos gobiernos. Y aún hoy los pescadores que desde el litoral hispano lanzan sus cañas hacia este paso de Hércules y miran hacia el otro lado sienten que un abismo les separa. Ante su horizonte, una doble frontera; a un lado Maruecos y el Magreb, y al otro Gibraltar, con un contencioso desde Utrecht.





Pero por unos minutos durante la última noche del año este espacio se convierte en un marco de convivencia común. Es la noche de los deseos en el crisol de culturas de este Territorio Estrecho. El diálogo transcultural, la interculturalidad, convierte a los pueblos en más solidarios. El acercamiento cultural debe marcar a las sociedades más avanzados. Feliz Año Nuevo a todos.   

























































1 comentario:

  1. He tenido la gran suerte de estar varias veces en el Estrecho y también pasé una noche de fin de año en Algeciras. Es un entorno ciertamente mágico, con un encanto especial. ¡Conservadlo y disfrutarlo!

    Marcel

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