Dicen los suecos que vagar por la naturaleza es una libertad que está consagrada por la ley y que la regla de oro para ejercer este derecho debe ser no molestar ni destruir. Este máxima lleva a muchos de sus habitantes también a cuidar el medio ambiente y ser respetuosos con el entorno. Pero quizás no exista lugar mejor para comprobarlo que en sus espacios naturales, que pueden ser un buen laboratorio de estas ideas.
Escania, la región más meridional de Suecia, acogió el pasado mes de septiembre a senderistas de todo el continente con motivo de los actos finales de Eurorando 2016. La expedición andaluza desplazada por la federación de montañismo a la zona tuvo su campamento base en la ciudad de Helsingborg, y en el parque natural de Klaverod, situado en sus proximidades, se desarrolló la segunda de las caminatas realizadas.
Un poco alejados de las costas, sus senderos discurren por el valle de Sorstensdalen, entre robles y hayas, a veces por las riberas de cursos fluviales, y junto a las formaciones rocosas en forma de torres o chimeneas que le han dado fama.
En nuestro caso se trató de una ruta circular de unos 15 kilómetros alrededor del pantano Tranerod con principio y fin en la zona de servicios de Klaverods. Se camina en ocasiones por largas hileras de pasarelas de madera y apenas se presentan desniveles, a pesar de que la ruta suele ofertarse como montañosa, porque se sube hasta las crestas de Soderasen, pero en realidad el desnivel es mínimo. El punto más alto tiene 215 metros en la zona de Hojehall, donde se sitúa la torre de observación. La señalización es también óptima con tablas de madera y punto de colores en los troncos de los árboles dentro de este inmenso bosque. Todo ello nos permite disfrutar de un agradable paseo por este país que siempre piensa en verde.