domingo, 29 de julio de 2018

Toulouse, la memoria del exilio republicano español en Francia



Recientemente el ayuntamiento de esta ciudad francesa ha emprendido algunas iniciativas para dar a conocer los lugares más emblemáticos del exilio español. Coincidiendo con el final de la Guerra de 1936 Toulouse acogió a más de 20.000 españoles y en los años posteriores se convirtió en la indiscutible capital del exilio con las sedes de las principales organizaciones políticas y sindicales. Allí celebraron muchos de sus congresos y en numerosos lugares públicos se reunían los exiliados para mantener largas discusiones, convirtiéndolos así en su particular Parlamento, y en sus alrededores se vendían periódicos como CNT, Mundo Obrero y El Socialista. Por ello esta ciudad ha acogido esta legado como propio. Muchos de sus actuales vecinos tienen sangre española y muchos más hablan español. 

        En la calle Taur se encuentran las antiguas sedes del PSOE y UGT  y en su patio interior se celebró el decisivo congreso de 1972, que hoy acoge a la Filmoteca de Toulouse. En un edificio de la la plaza Saint Sermin estaba uno de los lugares de reunión del PCE y en la calle Belfort el Secretariado de la CNT. En la rue de l´Étoile, a iniciativa de los anarcosindicalistas, se creó el Ateneo Español. Asimismo, podemos reconocer espacios públicos como la plaza del Capitolio y de Wilson y el muelle de los Exiliados como lugares de reunión y de grandes manifestaciones. Y todavía funciona el antiguo Hospital Varsovia, llamando hoy Joseph Ducuing, creado por guerrilleros del PCE. Asimismo, en el cementerio de Rapas se encuentran enterrados numerosos exiliados, entre ellos Federica Montsey, dirigente de la CNT y primera mujer ministra en España.

         En muchos de estos lugares se han instalado placas con textos explicativos en francés y español para mantener viva esta memoria. Una historia en muchos aspectos olvidada en España pero a la que Toulouse no ha querido renunciar porque en sus calles, tiendas y escuelas resuena la memoria de una ciudad que un cantante local ha definido como el Cuerno de España.


















  






  


  








domingo, 22 de julio de 2018

Júbilo mundialista en Burdeos






En pocas ocasiones podemos ser testigos de un estado de euforia colectivo como el que vivimos en la ciudad de Burdeos con motivo de la celebración de la conquista del mundial de fútbol por parte de Francia. Dos décadas después, las principales ciudades del país vecino volvieron a llenarse de gente para celebrar su segundo título. Los atónitos visitantes no habíamos visto nada igual porque parecía que absolutamente todo el mundo se había echado a la calle. Es difícil hablar de una zona concreta porque la ciudad entera reflejaba euforia por los cuatro costados. Imposible escapar. Desde la zona portuaria con sus majestuosos y armoniosos edificios de elegantes fachadas a orillas del Garona hasta la plaza de la Victoria. Monumentos y mobiliario urbano de todo tipo eran utilizados por la gente para encaramarse y gritar más alto que nadie. Algunas escenas, como las de la fuente de la plaza de la Bolsa abarrotada de gente enarbolando la bandera tricolor parecían retrotraernos a otras épocas cuando esta enseña presidía a unas multitudes que gritaban los lemas de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
En Burdeos nadie quiso quedarse en sus casas porque todo el mundo parecía tener la necesidad de compartir esos instantes únicos después de una tarde inolvidable para millones de galos, sólo unas horas después de haber disfrutado de su fiesta nacional.  Por eso miles de personas decidieron ver el partido en el estadio de rugby sin importarle el sol de justicia, o bien en plazas y calles pendientes de las pantallas  para cantar a cada instante a coro La Marsellesa. Antes del pitido final la euforia era incontenible.  Imposible no participar ni contagiarse de esta locura colectiva que atrapó a esta ciudad y que en estos tiempos sólo parece capaz de provocar este deporte. Enhorabuena, Burdeos; enhorabuena, Francia!!!