sábado, 20 de junio de 2015

"Cañón de Las Buitreras y puente de Los Alemanes" por Cristóbal García Sampalo



      
  
Hacía tiempo que un grupo de profesores del  I.E.S. Sierra Luna de Los Barrios deseaba hacer la ruta senderista  que une las estaciones ferroviarias de Cortes y Gaucín o, lo que es lo mismo, las pedanías corteñas conocidas como La Cañada del Real Tesoro  y El Colmenar. Nuestra intención era visitar el famoso monumento natural del Cañón de Las Buitreras. Así, el pasado 9 de mayo, un grupo de veintiuna personas, integrado en su mayor parte por compañeros del citado centro educativo al que se unían varios amigos de diferente procedencia, tomaba el tren, desde Algeciras unos y desde la Estación de San Roque otros, rumbo a Cortes de la Frontera.
         Sobre las siete y media de la mañana el grupo desayunaba en La cañada del Real Tesoro entre presentaciones de los que no se conocían y partidas de futbolín de los más animosos. Iniciamos el sendero hacia el sur por las calles de la pequeña localidad y salimos de la misma por el camino paralelo al río Guadiaro acompañados por los cantos de los pájaros que ya a esas tempranas horas se afanaban en buscar alimento para sus crías en las numerosas huertas que nos flanqueaban. Los bardos de las mismas aparecían repletos de flores, especialmente rosas de todas las variedades posibles que lucían espectaculares dada la fecha.
     Al poco de salir del pueblo cruzamos el río por un pequeño puente de hormigón bajo el que corrían presurosas y límpidas las aguas que se encontrarían en algún momento con el Mediterráneo en Sotogrande. Era ahora cuando realmente comenzaba el sendero que en esta parte del recorrido coincide con la Cañada Real de Gibraltar. En esta primera etapa disfrutamos con la contemplación de magníficos ejemplares de encinas que flanqueaban el camino.
     Unos kilómetros más adelante cruzamos un afluente del Guadiaro, el arroyo Salado o del Salitre  y comenzamos el ascenso hacia el puerto de La Fresneda. A nuestra derecha cada vez se veía más claro en la lejanía el caserío de Cortes de La Frontera al pie del macizo de Líbar. El repecho del Cortijo de La Fresneda haría que el grupo se estirase un poco por lo que hubo que hacer parada de reagrupamiento que fue aprovechada por los caminantes para ponerse todo tipo de cremas protectoras ya que el sol comenzaba a pegar de lo lindo. Cuando superábamos el puerto descubrimos al lado del camino los restos de una pequeña era para la trilla del cereal realizada mediante un murete de piedras que permitía nivelar el terreno. Dado el tamaño de la misma suponemos que era dedicada a la agricultura de subsistencia que debió practicarse en la zona hasta hace relativamente poco tiempo.
       Culminada la subida volvimos a retomar las vistas sobre el valle del Guadiaro que serpenteaba junto a la vía del ferrocarril Bobadilla–Algeciras el cual se adapta al estrecho valle apareciendo y desapareciendo en varios túneles casi consecutivos. El carril que recorremos se excava sobre la ladera del cerro del Panderón mientras que al otro lado del valle se nos enfrenta el cerro de la Pajarraquera. Excepto algunos quejigos, la vegetación está compuesta fundamentalmente por matorral esclerófilo nacido tras un terrible incendio que arrasó la zona hace como una década. No obstante, las vistas sobre el valle cada vez son más interesantes.
     Un ligero descenso nos acerca más al río y un mirador natural dotado de un cartel explicativo nos muestra la entrada al Cañón de Las Buitreras. A lo lejos observamos cómo el río se adentra en la montaña a través de un estrechísimo pasadizo abierto en el paisaje kárstico de la zona. Según algunos, la caliza ha sido horadada durante milenios por las aguas del río excavando el formidable tajo de más de cien metros de altura por muy pocos de anchura. Para otros el cañón es obra de un gran cataclismo que fracturó la montaña en un momento dado. Sea como fuere el espectáculo natural es impresionante.
      Espoleados por la curiosidad los caminantes aceleran su paso para alcanzar el cortijo del Duque, conjunto de ruinas muy cercano al tajo que puede ser considerado como paradigma de lo que fue la vivienda rural de esta zona montañosa. Al lado, otra era similar a la que ya hemos descrito y diversos bancales que debieron servir para el cultivo de las verduras de consumo de los habitantes de la cortijada. En este punto decidimos alterar algo nuestra ruta y, en vez de descender hacia el puente de Los Alemanes, seguimos por la margen izquierda del río hasta acercarnos al borde mismo del cañón. Allí, subidos a las rocas que mostraban los anclajes de acero de los intrépidos escaladores que descienden al fondo del cañón, contemplamos a decenas de buitres desplegando sus vuelos desde los bordes del cortado donde tenían sus nidos. Alguno de los caminantes se jugó el tipo para obtener algunas de las fotos que se acompañan. 
      De nuevo en el cortijo del Conde iniciamos el descenso hacia el puente de Los Alemanes que bien debiera llamarse acueducto de Los Belgas ya que es una conducción de agua hacia la central hidroeléctrica de El Colmenar y la construyeron ingenieros belgas a principios del siglo pasado. El camino ha sido habilitado, especialmente en su parte de acceso al puente, habiéndose tallado escalones en la roca y dispuesto cables de acero a manera de barandillas de sujeción. Es esta la parte más espectacular del recorrido. Desde el puente, que apenas tiene pretil, se tienen unas vistas impresionantes del cañón. El rumor del agua y la densa vegetación de las paredes te hacen pensar en lugares mucho más húmedos. Los vuelos de las palomas bravías y las chovas piquirrojas atraen las miradas de los más aficionados a la ornitología que se afanan en descubrir al huidizo mirlo acuático del que se supone su presencia en la zona. 
   Salimos del puente hacia la margen derecha del Guadiaro atravesando un pequeño y oscuro túnel y tras una breve parada para tomar un tentempié abordamos la parte más dura del recorrido. Se trata de coronar el puerto del Oso. Durante un corto pero empinadísimo tramo los caminantes empiezan a sentir sobre sus espaldas un sol de justicia que les hace agotar sus reservas de agua. Llegados al pequeño torcal que hace de divisoria se abre ante nuestros ojos una increíble vista del valle. El río adopta colores fantásticos: turquesa, aguamarina, plata…  en función de la incidencia de los rayos solares y, extasiados por la vista, iniciamos el descenso hacia El Colmenar. A nuestra derecha observamos atónitos la extraña obra de ingeniería realizada en la ladera de la montaña para proteger a la vía férrea de los aludes de rocas: un largo túnel con “ventanas” que, como una gigantesca serpiente, se pega a la montaña. 
   El descenso es serpenteante y muy pendiente pero nos encontramos con la sorpresa de que la vereda está siendo transformada prácticamente en una rústica escalera mediante la construcción de escalones de piedra y traviesas del ferrocarril. La obra aún no está acabada y se observan los materiales de construcción apilados en algunos puntos estratégicos. A media bajada se está construyendo un mirador desde donde observamos los enormes ejemplares de palmito (Chamaerops humilis) que crecen sobre las paredes del acantilado. Dado su tamaño parece que quisieran dejar de ser la “humilde palmera” europea para emular a sus congéneres africanas y asiáticas. 
     Finalizado el descenso llegamos a la salida del río del cañón en el llamado charco del Moro, lugar bellísimo y con efecto de imán para los senderistas agotados y muy afectados por la alta temperatura y grado de insolación del momento. Algunos no pudieron resistir la atracción de las transparentes aguas y no dudaron en despojarse de botas y calcetines para dar nuevas sensaciones a sus doloridos pies.
    Reiniciada la marcha entre adelfas, fresnos y otras plantas de ribera nos dirigimos aceleradamente hacia el punto final de nuestro itinerario. Acompañados siempre por las aguas del río llegamos a la central hidroeléctrica e iniciamos el descenso pegados al enorme tubo que conduce el agua desde la cumbre de la montaña hasta las turbinas. Atravesamos las instalaciones y pasando junto a una construcción de estilo inglés conocida como la Casa del Ingeniero nos adentramos en la localidad de El Colmenar donde nos esperaba una merecida comida en el Mesón Las Flores tras la cual tomamos de nuevo el tren con destino al Campo de Gibraltar,  dando así fin a una magnífica jornada de naturaleza, compañerismo y amistad.











































































miércoles, 10 de junio de 2015

"Próximo destino: la Universidad. Graduación de bachilleres y ciclos en Los Barrios (Cádiz)", por José Alberto Gallego Puche y Antonio Morales Benítez

                                   



      Muchos años de preparación para llegar a este momento. Un largo recorrido de horas y horas de dedicación y desvelos que tiene como destino los estudios universitarios. A través de un extracto de las reflexiones que ofrecieron los profesores de Filosofía e Historia y de los testimonios gráficos de diversos docentes y alumnos, nos aproximamos al acto de graduación del IES Sierra Luna que simboliza de alguna manera este tránsito hacia esa nueva frontera que representa la entrada en la Universidad    


“Nos pareció que igual tendría sentido decir algo de todo lo valioso que nos gustaría haber logrado despertar en vosotros a lo largo de estos años, eso que llaman VALORES y de lo que la educación debe ocuparse por encima de cualquier otra cosa.
Los medios de comunicación de masas no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el consumo, el desprecio hacia los más débiles y la competición de todos contra todos. La escuela en cuanto reserva de valores, debe ser una señal segura un faro para una sociedad en crisis. La educación es la base de la prosperidad de un pueblo y al mismo tiempo el medio más seguro de hacer imposibles los abusos de poder. 
Y el primero de esos valores, quizá el principal, y que tanto tiene que ver con un día como el de hoy es el del ESFUERZO. En este sentido José Alberto nos recuerda que Aristóteles decía que  sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio.
Napoleón Bonaparte por otra parte decía a sus tropas que “todo soldado lleva en su mochila el bastón de mariscal”. Y esta cita es suya “Con constancia y tenacidad se obtiene lo que se desea; la palabra imposible no tiene significado”. 
Ciertamente todos estáis aquí gracias al esfuerzo, a la conciencia de que la única manera de sacar adelante vuestro proyecto personal es el empeño continuado en vuestras metas, el tiempo dedicado al trabajo, la persistencia en los objetivos, la tenacidad, que es lo contrario a lo más sencillo y lo más cómodo, a la tentación de la pasividad.
El esfuerzo no sólo permite conseguir resultados, no sólo es una herramienta práctica. Sino que saca lo mejor de cada uno, nos hace mejores personas, hace ese que de verdad queremos ser. Nuestra mejor posibilidad, la que nos permite ser lo que soñamos, y por eso, debemos mantenernos siempre en el esfuerzo como una conquista permanente, sabiendo que todo lo valioso es frágil y tenemos que luchar por mantenerlo.
Dejad que os diga, que el esfuerzo, es también el arma secreta que nos inmuniza contra todos esos mensajes descorazonadores que hoy más que nunca, en tiempos de crisis, a veces repiten tanto los medios, o la clase política.
Parece que nos quieren recordar otros tiempos Cuando parecía que los españoles venían al mundo con un No de plomo en la cabeza. No a la educación. No a al trabajo. No a la esperanza.   
Debemos tener presente siempre que con constancia y esfuerzo sostenidos, seremos capaces de enfrentar con garantía cualquier dificultad que se nos presente. La diferencia entre quién eres y quién quieres ser es aquello que haces.
Gandhi decía que “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”.
El segundo de estos valores, sobre el que me gustaría reflexionar en alto con vosotros, es el APOYO, porque no hay logro, en ninguna de las esferas de la vida, que pueda hacerse de manera individual y al margen de los otros.
Sófocles dice que "La obra humana más bella es la de ser útil al prójimo." Nos gustaría pensar que, como profesores, cada uno desde nuestra modesta posición, hemos logrado daros el apoyo que os ha hecho crecer, y me queda también constancia de cómo la mutua colaboración y ayuda entre compañeros y amigos ha sido una pieza fundamental para que ahora  estéis aquí.
Pero al hablar de APOYO estamos pensando en los principales protagonistas, a los que tenéis tanto que agradecer los alumnos y son los padres. Ellos son los que se han preocupado incesantemente por vuestros rendimientos, por vuestro estado de ánimo, por vuestro sueño, los que han acompañado esos años tan difíciles que ya habéis superado de la adolescencia y aunque no busquen el agradecimiento, sí que merecen todo vuestro, y nuestro reconocimiento.
Tampoco para los padres ha concluido esta exigencia de seguir apoyándoos en los nuevos retos que tenéis por delante, pero sin duda eso lo harán de buen grado, y no en vano los padres representan ese “cheque en blanco” y ese “apoyo incondicional” que tenemos la suerte de recibir a todo lo largo de la vida.
Nos gustaría también llamar la atención brevemente, sobre las relaciones que entre todos hemos sido capaces de trabar, como una gigantesca red, aquí en el instituto. Los lazos que habéis establecido con nosotros, vuestros profesores, y también con los compañeros,  con el resto del personal no docente, ponen en primer plano algo que puede pasar desapercibido y me parece un valor importante.
Y es que este Centro ha sido una escuela de convivencia  de la que sois actores principales y esa convivencia es en sí misma un valor superior a lo que cada uno de nosotros, dentro del aula os hayamos podido trasmitir;
Sartre afirmaba que “nadie es como el otro. Ni mejor, ni peor. Es otro”.  Efectivamente, todos los que estamos aquí esta tarde somos diferentes, diferentes en nuestro modo de trabajar y de relacionarnos, en nuestros gustos, en nuestro talante y nuestra peculiaridad, y ello nos ha exigido a cada uno durante estos años un esfuerzo de comprensión y adaptación, un aprendizaje de tolerancia.
Nuestro Centro ha sido una gran comunidad, un laboratorio donde hemos ensayado a relacionarnos desde la diversidad y la diferencia. Y esta DIVERSIDAD es también un valor y debemos aprender de ella, fomentarla sin restricciones, porque también diversa y, más, si cabe, será la Universidad, el trabajo, nuestras relaciones personales y el  apasionante mundo que os espera a todos ahí fuera.
Convivir es aceptar al diferente y uno de los mayores retos que tenéis en vuestro horizonte, cuando salgáis de aquí, es construir y mantener una sociedad rica, compleja, plural y tolerante.
Mirad por un momento lo que tenéis por delante. Roosevelt decía que “El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños”  Id sin miedo a conquistar vuestro  futuro. Tenéis algo muy importante para conseguirlo que sin embargo sólo se valora cuando se pierde: la libertad. 
Porque Desde hace más de 200 años, liberales, regeneracionistas, escritores del 98, y muchos intelectuales a los que les dolía España, suspiraban porque no veían el momento de la implantación de régimen de libertades. Decían que nuestro país necesitaba de al menos 30 años de democracia sin interrupción, sin dictaduras, gobiernos autoritarios ni las convulsiones de conflictos civiles. Unas generaciones que nacieran, crecieran y que sólo conocieran ese régimen de libertades y que por nada del mundo iban a permitir que se la arrebataran. Pues bien, ese momento ha llegado. Esas generaciones  las tenemos aquí hoy. Vosotros sois la mejor garantía para el futuro. Una época histórica inédita. Que nada estropee lo que ya hemos conseguido.  
Con estas armas tan valiosas seréis los protagonistas del siglo XXI. Como futuros ciudadanos os transferimos la responsabilidad de un porvenir. Delegamos también la realización de un sueño que las generaciones anteriores  no pudieron alcanzar”. 
                                                     J.A. G. P. y A.M. B. 

Enlace con el vídeo de Samuel Jacob Pumpr




 Reportaje fotográfico