domingo, 27 de mayo de 2018

"La Maroma, cumbre malagueña" por Alberto Escalona Caballero






  Punto más alto de la provincia de Málaga, en el límite con Granada, el pico de La Maroma se ha convertido en todo un reto por las numerosas posibilidades que ofrece su ascensión para los amantes del senderismo. Es también una de las ocho cimas de Andalucía y no hay montañero que se precie que no haya culminado esta empresa. Situado dentro del parque natural de Tejeda, Almijara y Alhama, se puede subir desde cualquiera de sus vertientes malagueñas y granadinas. 
En nuestro caso el punto de inicio fue el área recreativa del Robledal, se denomina así por el cortijo del mismo nombre que está muy próximo, dentro del término de Alhama de Granada y a 1.100 metros de altitud. Debemos seguir el carril y desviarnos por la primera bifurcación a la izquierda hacia otra finca, el Robledal bajo, antes de atravesar el arroyo del Cerezal. En este punto iniciamos una fuerte subida de unos tres kilómetros por la loma de Enmedio hasta el barranco de la cueva de Parra, por debajo del cerro de Los Machos, y enseguida vislumbramos el cerrillo de los Tejones, un lugar ideal para reponer fuerzas.
Todo este camino es una antigua vía pecuaria, la colada de Sedella a Alhama de Granada. Tomamos un sendero por la falda del cerro de Santiago para llegar a las llanadas de Sedella. Un lugar estratégico, límite de los términos de Sedella y Alhama, donde disfrutamos de amplias panorámicas de la otra vertiente, la que mira al Mediterráneo.  Enseguida tenemos que afrontar una zona pedregosa, conocida como los Ventisqueros, y a la altura de la fuente de Cuesta Pardilla, toca de nuevo apretar los dientes para superar un fuerte desnivel, ahora en forma de zig-zag,  A medida que vamos ascendiendo el paisaje de va poblando de árboles, sobre todo a la altura de la llamada fuentecilla de la Tacita de Plata. Un poco más arriba, en el puerto del Lobo, nos encontramos con el sendero que viene directamente del Robledal y posteriormente el de Sedella. 
Se trata de una zona de encuentro de montañeros porque allí confluyen varias vías de ascensión. El siguiente punto es el tajo Volaero, donde parece obligado hacerse algunas fotografías. Todavía nos restan dos kilómetros hasta la cima y unos 200 metros de desnivel. Un camino perfectamente delimitado, que discurre ahora por el término de Canillas del Aceituno, hasta que se divisa en la lejanía el hito de piedra que marca el punto más alto, por encima de los dos mil metros.
Un lugar que respira montañismo por los cuatro costados. Y también una ocasión única para disfrutar de las magníficas vistas panorámicas de las costas malagueñas y de la Andalucía interior, con Sierra Nevada al fondo.
La vuelta la haremos por la misma vía, pero al llegar al puerto del Lobo tomaremos el camino base. Nos encontramos con una zona escarpada, donde la bajada es un poco más complicada, conocida como el descenso del tajo del Salto del Caballo. Más abajo pasamos delante de una colonia de tejos, árbol que da nombre a la sierra y que debió ser muy abundante en otro tiempo. Descendemos en algunos momentos entre dos arroyos, de los Presillejos y de la Solana del Espartal. La vegetación predominante es el pinar de repoblación. Podemos detenernos en el mirador del valle del Temple y pronto nos vemos inmersos en el tajo Contaero, conocido por su estrechez, y muy utilizado por los pastores para contar el ganado. Un poco más abajo tomamos un carril de unos tres kilómetros que nos lleva al punto de inicio.

En definitiva, una ruta de 22 kilómetros y unos 1.300 metros de desnivel con todas las emociones que puede ofrecernos la montaña a los amantes de la naturaleza.