El programa de los intercambios
escolares tiene como objetivo fomentar las relaciones entre alumnos y
profesores de dos países y posibilitar el acercamiento de culturas vecinas con
el fin de potenciar el interés por las lenguas extranjeras
incluidas en sus currículos escolares. Se trata también de una experiencia
viajera novedosa que cada vez gana más adeptos y que está permitiendo la
movilidad de nuestros estudiantes que son capaces de traspasar barreras y
estrechar lazos rápidamente con chicos de otros ámbitos. Una manera también de
hacer Europa y una de las iniciativas más felices del viejo continente que puede
sentirse orgulloso de sus escolares.
Con ocasión del intercambio entre los
centros educativos Broederschool de Roeselare (Flandes Occidental, Bélgica) y
el IES Sierra Luna de Los Barrios (Cádiz) tuvimos la oportunidad de recorrer
Gante acompañados por los propios estudiantes belgas que nos sirvieron de
guía y se encargaron de explicarnos los lugares más importantes de esta
histórica ciudad. Sin duda una gran experiencia para conocer desde dentro otras
culturas.
Gante es una ciudad muy bonita, pero en
esta ocasión, de la mano de nuestros anfitriones todavía nos ha gustado más.
Además se trata de una ciudad universitaria y joven y se respira mucho ambiente
en sus calles. Es una placer perderse por las callejuelas y descubrir su
arquitectura. Gante ha ganado mucho desde que en la década de los años ochenta
se acometiera la restauración de sus monumentos y la limpieza de sus canales para
competir con la vecina Brujas, porque al igual que ésta posee una interesante
red fluvial y un magnífico centro urbano medieval. Actualmente es la ciudad flamenca con
mayor número de edificios históricos.
Gante
es la capital de la provincia de Flandes Oriental de la Región Flamenca. Está
situada en la confluencia del río Lys con el Escalda. Su nombre hace referencia a la convergencia de
los dos ríos entre los que esta ciudad se encuentra.
Las explicaciones
comenzaron en el puente de San Miguel, un magnífico punto de partida. El puerto
medieval es uno de esos lugares en que el tiempo se ha detenido, un entorno único
por el auténtico despliegue de arquitectura medieval y renacentista. A continuación visitamos el
casco antiguo con sus arterias y plazas más interesantes. Llegamos hasta el imponente
castillo de los condes de Flandes, el Gravensteen, construido en el siglo XII
en pleno centro de la ciudad; la iglesia de San Nicolás, de estilo gótico; el
Belfort, que es una torre campanario que refleja el poder de los gremios
medievales; la catedral de San Bavón, en cuyo interior se conservan verdaderos
tesoros artísticos; así como el Ayuntamiento, que no puede pasar desapercibido
por su variedad excepcional de estilos. En suma, una ciudad repleta de historia
y de vida que conocimos gracias a nuestros anfitriones flamencos.