Una enigmática mole caliza de casi 1.200
metros de altitud domina un entorno andaluz
único formado por el Valle de Abdalajis, el desfiladero de los Gaitanes, el Caminito
del Rey, los embalses del Tajo de la Encantada y de Guadalhorce, el poblado de El
Chorro y la antigua fortaleza mozárabe de Bobastro. Muchos atractivos en un
palmo de terreno y una interesante ruta circular de unos 14 kilómetros que no
conoce tregua por las constantes subidas o bajadas organizada por el Club Senderista
3 Caminos de Ubrique en un luminoso día de otoño.
Hay que partir de la propia estación
ferroviaria de El Chorro por la denominada Haza del Río. Al principio el camino
discurre por pistas rodeado de pinos que coincide con un tramo del sendero de
largo recorrido GR-7. Aproximadamente a unos dos kilómetros, en una curva, nos
salimos a la izquierda buscando las primeras paredes verticales de esta sierra y donde puede ser frecuente
encontrarse con escaladores. El sendero nos lleva hasta unos escalones de
piedra de más de 200 peldaños repartidos en varios tramos hasta que llegamos a un pequeño puerto, ideal
para hacer el primer descanso
Siempre en ascensión, caminamos entre
olivos y almendros por una meseta en las proximidades del cortijo de Campedrero
hasta que nos encontramos con nuevas paredes rocosas y el grupo de senderistas
tiene que estirarse para superar esta falla natural. Pronto se llega a la peña
del Estudiante, donde parece obligatorio sacarse una foto planeando a bordo de esta
inmensa roca que quiere dominar el horizonte. Una imagen que no por repetida
deja de sorprendernos. Pero estamos rodeados de un paisaje de grandes fósiles
que evocan otras eras geológicas de fondos marinos. Cerca de allí, un repecho más, y alcanzamos la cima donde se alza el punto geodésico del Huma. El horizonte se
abre hacia otras vertientes y si levantamos la mirada son reconocibles los
perfiles de varias provincias andaluzas.
A partir de entonces iniciamos una bajada
muy pronunciada en zig-zag por el fuerte desnivel para llanear después por la
falda de esta montaña y siguiendo el surco
de un pequeño arroyo. Hasta que encontramos de nuevo las marcas rojas y blancas
del Gr-7 y un carril que nos lleva al punto de partida