Se dice que la localidad malagueña
de Benarrabá es la auténtica vigía del
Genal, dada su privilegiada situación en la zona media del valle, cuyo único
horizonte es este extraordinario espacio natural de la Serranía de Ronda. Sin duda
desde allí se obtienen las mejores vistas panorámicas y su otoño nos ofrece
toda la gama de colores, entre el verde y el amarillo, que podamos imaginar.
En esta ocasión nos hemos
anticipado un poco al emprender nuestra ruta durante los primeros días de
octubre, cuando todavía no se ha superado el ecuador de la estación y no ha
estallado en toda su plenitud, es decir con todas sus tonalidades otoñales, lo
que se ha denominado “primavera del cobre” en estos bosques de castaños.
En esta ocasión, la propuesta
senderista de los ruteros Salas del club Camino y Jara nos debía llevar desde
las alturas de esta localidad hasta lo más profundo de sus valles. Desde la
atalaya hasta las umbrías de sus arroyos. Una ruta con mayúsculas, en todos los
sentidos, al vernos rodeados de alcornoques, encinas, pinos y castaños. También
de helechos, madroños y brezos, combinado para ello veredas y pistas
forestales.
Al principio caminamos ladera abajo
en un vertiginoso descenso por el camino que
lleva hasta Genalguacil buscando el río Genal. Cuando se llega abajo
tenemos que cruzar el puente para continuar por el término municipal de
Jubrique y cambiar de vertiente para seguir caminando por la margen izquierda
siguiendo las indicaciones de la GR-141, denominada Gran Senda de la Serranía
de Ronda. Descubrimos hileras de chopos que se van desprendiendo de unas hojas
que cubren el suelo. Ancladas en las rocas encontramos pasarelas metálicas que
nos permiten superar las dificultades y casi caminar sobre el propio río,
disfrutando de nuevas perspectivas de este ecosistema de ribera hasta ahora
inaccesible y ver restos de antiguas conducciones de agua. Hasta que llegamos a
una zona de ocio ideal para darse un chapuzón pero, aunque nos las prometíamos
muy felices, nos encontramos con las inclemencias propias de la estación.
Volver a Benarrabá supuso superar fuertes desniveles, que hay que tomarse con
calma, al principio por una inclinada pista forestal y después por un empinado
camino. De vuelta a Banarrabá, y tras reponer fuerzas, nos esperaba un nuevo
descenso que nos condujo a otra zona del arroyo, y una nueva subida para
finalizar la ruta en la venta del Mirador de la Sierra, en el término de
Gaucín. Sin duda una nueva oportunidad para disfrutar de toda la intensidad
otoñal que atesora este valle.
Antonio
ResponderEliminarBonitas crónica y fotografías.
Ayer fuimos a las pasarelas del Genal y también nos llovio.
El valle del Genal es un paraíso para los senderistas.
Saludos
Esa descripción sólo la puede hacer un maestro, con mayúsculas.. Enhorabuena y preciosas fotos.
ResponderEliminarEsa descripción sólo la puede hacer un maestro, con mayúsculas.. Enhorabuena y preciosas fotos.
ResponderEliminarEsa descripción sólo la puede hacer un maestro, con mayúsculas.. Enhorabuena y preciosas fotos.
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