Tras varios años pensándolo y el año pasado no poder coger dorsal, por fin este año participé en la famosa prueba de ultrafondo los 101 kms de la Legión de Ronda. Mucho se ha hablado de esta prueba; hay mucha épica detrás: la dureza, la organización y colaboración de la Legión, la dificultad de obtener un dorsal, el enorme esfuerzo que indudablemente supone terminarla; los duros entrenamientos que hay que hacer para llegar en condiciones…. Pues todo eso es verdad, y la suma de todos estos factores ha contribuido a darle la relevancia y difusión que esta prueba tiene. Os diré, por ejemplo, que la inscripción se hace a través de Internet, y en apenas 20-30 segundos se conceden todos los dorsales disponibles, que son 7000 en total, repartidos entre marcha, mountainbike y duathlon. ¡7000 dorsales en apenas unos segundos! De hecho, se dice que es más difícil conseguir participar que terminar los 101 kms
Así, la prueba empieza
realmente en enero, si has conseguido un dorsal o si estás en la lista de
espera y semanas más tarde te escriben un correo diciéndote que por una
renuncia o algo similar consigue plaza. Y ahora, a entrenar, claro. ¿Y cómo se
entrena esta prueba, querréis saber? Pues…no es fácil contestar y supongo que
depende de cada corredor, si tienes experiencia o no, tu tiempo libre, tus
expectativas para la carrera, etc . No es lo mismo querer terminarla en 20 – 22
horas, que querer hacerla en 13-14, evidentemente
Yo os puedo contar mi
carrera, mi método de entrenamiento. A partir de Enero tenía claro que tenía
que hacer tiradas cada vez más largas, incluyendo desnivel positivo, ya que en
la carrera deben subirse 4-5 picos que acumula 2700 metros de desnivel positivo
( de subida). Con estos principios, hay quien decide trabajar largas tiradas y
carrera continua alternativamente, hay quien durante los meses de preparación
acumula intensas sesiones de trabajo ( jornadas muy largas y duras) Ahí, cada
uno debe probarse, saber dónde debe ir progresando y mejorando, porque no creo
que nadie empiece en el mundo del senderismo, ultratrail, carreras, etc con
esta prueba; todos tenemos un bagaje previo que nos marca qué puntos debemos
potenciar. En mi caso, diré que progresivamente hice tiradas cada vez más
largas, siendo las 3 últimas de 38, 42 y 43 kms, acumulando, eso sí, desniveles
que te permitan superar esa cuesta de La Ermita o la última del Cachondeo. 8-10
días antes, descanso total; sólo caminar un poco o trotar suavemente para
mantener los músculos habituados. Nada más. Ahora que ha pasado este mi primer 101 kms de
Ronda, sé que de desniveles iba super bien preparado, pero por lesiones,
contracturas, etc, apenas corrí antes y puedo mejorar ahí de cara a próximas
ediciones.
Creo que este año han
terminado 2100 de los 3000 marchadores inscritos. Yo lo hice en el puesto 1400;
para ser el primer año y apenas sin poder correr, estoy muy satisfecho. Empleé
19 h 40 m, y honestamente, si el año que viene voy otra vez ( ojalá) y me
respetan las lesiones, puedo bajar casi 2 horas si corro más tramos
He hablado al principio
de épica, sacrificio, dureza….Absolutamente cierto, no lo dudéis. Aparecen en
la prueba, están ahí. De hecho, “SUFRIMIENTO Y DUREZA” es el lema oficial de la
prueba. Así como la solidaridad entre “cientouneros”, tanto entre ciclistas
como marchadores. Junto con la plausible colaboración de la Legión, los casi
700 legionarios que te animan, guían, ayudan en cualquier punto de la prueba,
esa solidaridad ha hecho de esta prueba algo mítico, de ahí la dificultad para
inscribirse
Veinte puestos de
avituallamiento durante el recorrido donde te darán todo lo necesario para
terminar la prueba hidratado y alimentado, más la cena en el propio cuartel de
la Legión (km 75), llegues a la hora que llegues, o en meta, la Alameda de
Ronda, hacen de esta una prueba especialmente bien organizada. Aparte, dormir en
el polideportivo, la cena de la pasta de la noche anterior, puedes dejar
mochilas el día antes y te las llevan al sitio que quieras para cambiar ropas,
coger cualquier cosa, etc..Pero la presencia de voluntarios en cada pueblo que
cruzas; de día de noche, de madrugada, siempre recibirás aplausos de ánimo.
Esos bomberos que te riegan durante el
camino, fisioterapeutas, podólogos que colaboran desinteresadamente; esos 700
legionarios exquisitamente educados, corteses y que no pararán de animarte en
cualquier punto perdido de un monte a las 3 de la mañana, haga calor frío o
llueva…. Esta es la épica de la prueba: la implicación real y emocional de la
Legión y la conexión con los deportistas.
¿Cómo olvidar esa arenga del Coronel del Tercio, a la salida: ¡VIVA
ESPAÑA! ¡VIVA EL REY! ¡VIVA LA LEGIÓN! …y empieza la prueba en el campo de
fútbol: 24 horas y 101 kms por delante. ¡¡¡ Ahí es nada…!!!
¿El premio? Ese
“ladrillo” ( medalla ) que te colocará un legionario en la meta, y esa sudadera
que sólo reciben aquellos que terminen la prueba. Y el orgullo. Y la
satisfacción. Sólo ahora eres un “cientounero”
Sabía que lo conseguiría José Luis, enhorabuena y gracias por la aportación de tu experiencia personal. Un abrazo amigo.
ResponderEliminarSabía que lo conseguiría José Luis, enhorabuena y gracias por la aportación de tu experiencia personal. Un abrazo amigo.
ResponderEliminarGracias, Juan Manuel
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