Cuando
cada 3 de febrero sale la procesión de San Blas de la ermita del
mismo nombre en Benaocaz los asistentes se quedan atónitos. No
esperan que el cortejo procesional sea recibido bajo los acordes de
"Bailando", ni mucho menos que el copatrón de esta
localidad serrana sea balanceado al ritmo de la conocida canción de
Alaska.
No importa si es la primera vez que se acude, esta antigua
manifestación religiosa siempre sorprende a propios y extraños. La
tradición dice que San Blas, aparte de médico y obispo, fue un
santo bueno y manso, además de curar las afecciones de garganta. Por
ello desde hace muchos años los benaocaceños han honrado a su
copatrón colgándole chorizos y morcillas, y hoy en día
acompañándole masivamente durante su recorrido por las calles a
ritmo de coplas y ritmos alegres. Los fieles se contagian y no se
resisten a participar en la fiesta.
En todo el trayecto, a ritmo del
“Chocolatero”, San Blas no se olvida de visitar a los más
necesitados de sus favores, por lo que el recorrido suele cambiar en
función de los enfermos que tiene que visitar.
A San Blas le
pedimos salud para la garganta y algunas dosis de optimismo que buena
falta nos hace a todos.
(Fotos
de 3/ 2/ 2013)
¡Qué bonitas fotos tan llenas de alegría y ganas de pasarlo de bien y en convivencia! Me encantan estas fotos y más en los tiempos que corren. Saludos
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