Punto
más alto de la provincia de Málaga, en el límite con Granada, el pico de La
Maroma se ha convertido en todo un reto por las numerosas posibilidades que
ofrece su ascensión para los amantes del senderismo. Es también una de las ocho
cimas de Andalucía y no hay montañero que se precie que no haya culminado esta
empresa. Situado dentro del parque natural de Tejeda, Almijara y Alhama, se
puede subir desde cualquiera de sus vertientes malagueñas y granadinas.
En nuestro caso el punto de inicio fue
el área recreativa del Robledal, se denomina así por el cortijo del mismo
nombre que está muy próximo, dentro del término de Alhama de Granada y a 1.100 metros de altitud.
Debemos seguir el carril y desviarnos por la primera bifurcación a la izquierda
hacia otra finca, el Robledal bajo, antes de atravesar el arroyo del Cerezal.
En este punto iniciamos una fuerte subida de unos tres kilómetros por la loma
de Enmedio hasta el barranco de la cueva de Parra, por debajo del cerro de Los
Machos, y enseguida vislumbramos el cerrillo de los Tejones, un lugar ideal para
reponer fuerzas.
Todo este camino es una antigua vía pecuaria,
la colada de Sedella a Alhama de Granada. Tomamos un sendero por la falda del
cerro de Santiago para llegar a las llanadas de Sedella. Un lugar estratégico,
límite de los términos de Sedella y Alhama, donde disfrutamos de amplias
panorámicas de la otra vertiente, la que mira al Mediterráneo. Enseguida tenemos que afrontar una zona
pedregosa, conocida como los Ventisqueros, y a la altura de la fuente de Cuesta
Pardilla, toca de nuevo apretar los dientes para superar un fuerte desnivel,
ahora en forma de zig-zag, A medida que
vamos ascendiendo el paisaje de va poblando de árboles, sobre todo a la altura
de la llamada fuentecilla de la Tacita de Plata. Un poco más arriba, en el
puerto del Lobo, nos encontramos con el sendero que viene directamente del
Robledal y posteriormente el de Sedella.
Se trata de una zona de encuentro de
montañeros porque allí confluyen varias vías de ascensión. El siguiente punto
es el tajo Volaero, donde parece obligado hacerse algunas fotografías. Todavía nos restan
dos kilómetros hasta la cima y unos 200 metros de desnivel. Un camino
perfectamente delimitado, que discurre ahora por el término de Canillas del
Aceituno, hasta que se divisa en la lejanía el hito de piedra que marca el
punto más alto, por encima de los dos mil metros.
Un lugar que respira montañismo por los
cuatro costados. Y también una ocasión única para disfrutar de las magníficas
vistas panorámicas de las costas malagueñas y de la Andalucía interior, con
Sierra Nevada al fondo.
La vuelta la haremos por la misma vía,
pero al llegar al puerto del Lobo tomaremos el camino base. Nos encontramos con
una zona escarpada, donde la bajada es un poco más complicada, conocida como el
descenso del tajo del Salto del Caballo. Más abajo pasamos delante de una colonia de tejos, árbol que da nombre a la sierra y que debió ser muy abundante en otro
tiempo. Descendemos en algunos momentos entre dos arroyos, de los Presillejos y
de la Solana del Espartal. La vegetación predominante es el pinar de
repoblación. Podemos detenernos en el mirador del valle del Temple y pronto nos
vemos inmersos en el tajo Contaero, conocido por su estrechez, y muy utilizado
por los pastores para contar el ganado. Un poco más abajo tomamos un carril de
unos tres kilómetros que nos lleva al punto de inicio.
En definitiva, una ruta de 22 kilómetros
y unos 1.300 metros de desnivel con todas las emociones que puede ofrecernos la
montaña a los amantes de la naturaleza.