Enlazar estas dos espacios naturales situados al norte de la provincia
de Cáceres nos permite recorrer diferentes ecosistemas, alternando zonas de
alta montaña con praderas y manchas boscosas de robles y castaños, así como
comunicaciones con historia, viejos caminos y senderos con la línea de
ferrocarril paralela a la vía de la Plata, hoy en desuso, pero de gran
importancia para el desarrollo de la zona en el siglo XX.
Esta historia de
contrastes no impide que podamos sumergirnos en la umbría de sus bosques para
disfrutar con todos los sentidos con la sola interferencia humana de nuestro
grupo de senderistas. Porque en todo momento nos acompaña la sensación de que
parece que el tiempo se ha detenido para siempre en estos remotos rincones. Las
elevadas precipitaciones y la diferencia de altitud permite una gran diversidad
de formaciones vegetales.
La propuesta del club senderista Camino y Jara
comprendía un total de 18 kilómetros para unir las poblaciones de Hervás, La
Garganta y Baños de Montemayor a través de estos valles, aunque existen
posibilidades de enlazar con otras rutas. La primera parte del recorrido
discurre por el sendero del bosque de Ambroz que está marcado con pintura
amarilla y blanca y es uno de los más transitados. Tras abandonar Hervás por su
puente romano y superar varios más bajo la carretera y la vía ferroviaria hay
que continuar por un cordel de ganado que discurre por el valle paralelo a sus
arroyos. Este antiguo camino de herradura está rodeado de un bosque de galería
y cuenta con toda la vegetación de ribera. Uno de los lugares más húmedos en el
que el color verde de musgos, líquenes y flores silvestres invade todo el
entorno.
Tras atravesar el arroyo por el fotogénico puente
de Candeleda iniciamos un ascenso de casi 4 kilómetros hasta la ermita de San
Gregorio que marca la cota más alta y el ecuador de la ruta. El día nublado y
la espesa niebla nos impide ver la perspectiva de la Sierra de Béjar. El viento
y la lluvia hacen acto de presencia, por lo que la parada tuvo que ser breve.
Iniciamos, pues, el descenso hasta el municipio de La Garganta, donde hay que
tomar la carretera para conectar con el Camino de los Arrieros, de unos 5
kilómetros y empedrado en parte, en dirección a Baños de Montemayor. Se trata
de la antigua conexión entre estas localidades que se utilizaba para el
transporte de mercancías a lomos de mulas. Un auténtico bosque mixto salpicado
de muchas espacies para hacer las delicias de cualquier amante de la
naturaleza. La llegada a la ciudad balnearia marca el final de la ruta.